Biografía

VÍCTOR MORA, ESCRITOR, AUTOR DEL “COMIC” “EL CAPITÁN TRUENO”, (que viene apareciendo hace más de cincuenta años…) Y DE UNOS TREINTA LIBROS DE LITERATURA, NOVELAS Y CUENTOS, EN CASTELLANO, CATALÁN Y FRANCÉS, Y TRADUCIDOS A OTROS IDIOMAS, COMUNICA PARA CONOCIMIENTO GENERAL.

 

Mi padre, Vicens Mora Alzinella, se exilió para no ir a la guerra de Marruecos. En Francia aprendió el oficio de relojero con un catalán ya instalado en París, Joan Massot. Al volver a España, ingresó en la policía de la Generalitat de Catalunya. Durante la guerra civil, estuvo destinado en Fronteras y Puertos. Él fue un republicano toda su vida. Fue uno de los últimos republicanos que dejaron Puigcerdá cuando ya entraban los fascistas. Influyó mucho en mí por la lectura y el estudio. Amaba los libros y me los hizo amar a mí.

En Francia, mi padre me hizo ir a la escuela, en Limoges, en cuanto llegamos exiliados… La République Française se hundió y llegó la ocupación alemana y el État Français del Maréchal Pétain. Ahora mandaba éste, más o menos a las órdenes de la Alemania nazi… No hicieron nada a refugiados de nuestro tipo… Poco antes de esto, a consecuencia de los sufrimientos de la guerra civil, y de haber estado un año en un campo de concentración, Bram (Agde) al llegar a Francia, mi padre –que ya se abría camino en Limoges como relojero- cayó gravemente enfermo. Yo tenía 10 años y algo más, cuando mi padre me dijo: “Víctor, papá se va a morir. Tienes que ser valiente”. Él me daba el ejemplo de no llorar… He llorado tiempo después, más de una vez, claro… No me cuesta llorar por él. N i por la guerra civil que también le mató a él , como a tantísimos otros inocentes, y que duró TRES años TRES, con muchos culpables, tan tranquilos, coleando por todo el mundo.

Mi madre, Dolors Pujadas Teixidó, era aparentemente una persona sencilla, pero con una fuerza de carácter sorprendente, capaz de alquilar un puesto en el mercado de la Boquería, y hacer todo lo necesario para echar adelante el pequeño negocio sin deudas y, sobre todo, echar adelante lo que ella más amaba en este mundo: su Víctor, siempre leyendo y cargado de libros… A veces, cuando la hacía enfadar, me decía: ”Víctor, parece mentira… ¡No sé de que te sirve leer tanto…!” Tenía razón, y siento mucho que no viva, para darle la razón en muchas otras cosas, a través del tiempo… Te he querido más cuando has desaparecido, que cuando vivías, queridísima madre…

Al volver a Barcelona, yo, por encima de todo, quería trabajar y dar salida a unos grandes anhelos de salir adelante con los pocos conocimientos que tenía… Estaba permanentemente inquieto, angustiado por nuestra situación de dependencia económica. Leía mucho en castellano y francés, y muy poco en catalán, mi lengua natal, maldita por el fascismo de la época. Realicé distintos trabajos como aprendiz de lo que fuera, siempre leyendo por la calle, y no olvidando nunca nada de lo que leía y aprendía. De una forma natural, diría, rechacé el fascismo –incluyendo el de la Segunda Guerra Mundial, claro- y me interesé por todo lo que se oponía a ello.

Si me preguntan como pasé de niño sin escolarizar a escritor, puedo decir que fue leyendo constantemente… Y escribiendo, seguidamente. Más tarde, tuve la inmensa fortuna de que lo que yo escribía resultaba atractivamente leíble para muchas personas que, además… ¡Querían saber, a todo costa, como continuaba…! Yo no hice ningún esfuerzo especial para conseguir aquello… Aparte de sentarme a una mesa, y ponerme a escribir, inventando historias, una tras otra, con gran facilidad. A muchos otros escritores les ha ocurrido lo mismo… Escribir, es un regalo de los dioses, se podría decir. Y así, después de leer y escribir de muchas cosas –y de ser pagado por mi trabajo-, entré, en Editorial Bruguera, en tanto que redactor.

Entrar en Bruguera fue, para mí, dar un pasó de gigante en los mundos que más me interesaban: el de la Letra Impresa, y el de las Artes Gráficas. Y continué siendo el escritor que ya era –cada vez más seguro de mí mismo- y el aprendiz de dibujante que cada día se encontraba más frustrado… Escogí –no sin razón, ni dolor- entre ser un escritor o un dibujante. Desde el principio, personas de la Editorial, sobre todo su Redactor en Jefe, Rafael González, (ex-periodista, expulsado por los fascistas…) me impulsaron a seguir escribiendo. “Mora, usted es un escritor”, me decía el Sr. González. La historia de Editorial Bruguera es bastante conocida, para que ahora venga, aquí, a descubrirla… En mis novelas, sale la Editorial Bruguera, sí, (aunque muy modestamente, pues haría falta un Thomas Mann) bajo el nombre de la Editorial Cabot, y toda una serie de personajes que, a menudo, se parecen bastante a la realidad… Pero a quien quiera un libro donde se mezclan el realismo más crudo con la más pura poesía, le cabe leer el sensacional libro de Francisco González Ledesma, que para mí es una obra maestra: “Las calles de nuestros padres”.
Estuve años y años en Editorial Bruguera… Allí tuve la fortuna de conocer a Armonía Rodríguez, y nos casamos. Todo esto lo he reflejado, ya lo he dicho, a mi manera… En la Editorial, con años y años, pasaron muchas cosas: puede decirse que de todo, como es lógico en una gran empresa capitalista, dirigida por personas que, a veces, actuaban recordando un pasado de gente de izquierdas dificil de olvidar. Yo entré sin compromiso político , y me hice comunista con Armonía, que ya lo era. Hay que decir que ambos no sufrimos nunca ninguna influencia de las personas de la Editorial propiamente dicha: nos hicimos comunistas desde fuera, concretamente grácias al extraordinario Miguel Nuñez, y a Francesc Vicens, hombre de formidable memoria, entre otras virtudes… Y fuimos clandestinos, hasta nuestra detención por la siniestra Brigada Social, que dirigía el Comisario Creix. (Como decía no recuerdo quien, haciendo un retruécano en catalán: “Creix… pero no et multipliquis!”).

Ingresé en el PSUC, no solamente por el mismo PSUC… En mi jugó mucho el hecho de que el comunismo internacional aparecía como una fuerza MUNDIAL extraordinaria, capaz de cambiar las cosas en todas partes, gracias al “socialismo cientifico” de la época… Prometía el fin de la explotación del hombre por el hombre… Sería posible, por fin, que todas las personas indistintamente de su raza, nación, etc. se hermanaran, olvidaran las guerras para siempre… Los sueños de Karl Marx, de Engels, etc. etc. dejarían de ser una utopía, y se transformarían en realidades tangibles, sobre una misma base de hermandad… En el siglo XX, ya casi medio mundo había sido ganado por aquellas ideas… ¡La victoria era próxima…! ¡Todo se había previsto! ¡Todo…!
Lo que no se había previsto era la colosal reacción del viejo mundo y sus intereses, de las viejas ideas y demás contra las que ya se habían alzado Marx y Engels… Todo aquello se movilizó con una rapidez y un dinamismo extraordinarios, valiéndose de todas las capacidades (incluso las más retorcidas y tenebrosas) del atacado CAPITALISMO… Fueron cayendo una a una, las conquistas socialistas… El capital no tardó mucho en ganar, a golpe de millones y millones, y aun más millones, las conquistas que habían supuesto tantos años de luchas terribles y de dolores sin nombre, a millones de hombres y mujeres, se fueron a pique… Solo nos faltaba el 2001, con Bin Laden y su Al Qaeda…Todo se ha destruído como siempre, en nombre del beneficio de unos cuantos. El mundo de hoy (que podría funcionar razonablemente con un capitalismo como es debido, para muchísimas personas que no protestarían…), ahora no es más que una podredumbre pestilente, mortífera, donde hombres y mujeres, en muchos lugares, se preguntan cuando les tocará morir, porque saben que el mundo de hoy mata demasiado a menudo. Para muchas personas apretar el gatillo contra esto, o aquello, se ha convertido en un acto reflejo… ¡Matar, matar, matar…! ¡De eso se trata constantemente! Y morir sin defensa, sin saber ni como, ni por qué, es lo más corriente para miles de seres humanos inocentes.

Fui detenido y estuve en la Modelo de Barcelona… Me lo tomé con bastante tranquilidad… Era joven y fuerte, y me sentía invulnerable. Mi preocupación era por Armonía, que también habían detenido. ¡Supe que un… alienado…, de la Brigada Social le había dado una bofetada… que le dejó una marca que duró varios días!
Estaba convencido de que casi medio mundo (según mis ideas…) estaría con nosotros… Y de hecho, muchas personas se movieron, sí… Éramos un chico y una chica que trabajaban en lugares claves de una Editorial importante de Barcelona… Tengo que decir que recibimos muchas amenazas de la Brigada Social en jefatura, y en la cárcel, y pese a nuestra actitud de nunca decirles una palabra comprometedora, no nos tocaron ni un pelo de la ropa (aparte del golpe dado a Armonía)… Cuando era cierto que la Bnrigada Social tenía una terrible reputación en toda España que duró MUCHOS AÑOS: palizas, torturas, gente que se les quedó entre las patas…Hay que destacar que la gente más maltratada durante aquellos interminables años, fue gente obrera sobre todo…
No hay duda de que alguien se movió por nosotros, aparte de las personas corrientes… Armonía solo recibió una bofetada… Yo, nada de nada… No hemos sabido nunca todos los detalles de lo que ocurrió. El resultado, fueron unos meses en la cárcel… Tiempo después, de vez en cuando, la policía venia a casa de madrugada, a registrar… ¡Era una historia de constante sobresalto, de nunca acabar…! Ya estaba más que cansado.

En 1963 me exilé en Francia. Era imposible para mí tener una actividad política en aquella situación de persecución y vigilancia constante. Pensé (cualquiera se lo puede imaginar) que necesitaba cambiar de aires y tener la actividad de un escritor antifascista en libertad. Estando en Francia, continué mis relaciones con la maravillosa lengua de Molière, sin nunca dejar de pensar en Catalunya y en España.
Mi estancia en Francia no fue permanente… También estuve en Andorra (a la que quiero mucho, y donde hice buenos amigos, como el extraordinario Jordi Sasplugas y otras excelentes personas…) y de vez en cuando volví a España, siempre bajo el fascismo, o un régimen que se le parecía mucho.
Mientras tanto, escribí mucho en francés y establecí solidas relaciones con editoriales francesas, y con personalidades de aquel país, Francia, que amo como una patria de libertad y de refugio antifascista, de la que sólo he recibido testimonios agradables, y grandes honores como ser nombrado Chevalier de l’Ordre des Arts et des Lettres.
Si me preguntan porque volví tengo que responder:
Por que amo a Catalunya y a España.
He comentado más arriba mi gran amor por Francia … Y no quisiera dejar de lado unos Estados Unidos (fantásticos vencedores de la Segunda Guerra Mundial con el gran Roosevelt y otros, contra el nazismo y compañía, no lo olvidemos nunca…) de los que hemos aprendido muchísimo los progresistas… Aparte del asco que me produjeron los políticos norteamericanos que se aliaron con Franco, pienso que la historia de los EE.UU., (salvo todo aquello que una persona de progreso no puede salvar, como por ejemplo las acciones de los Sres. Bush y compañía, que aun llevarían, si les dejaran, el mundo a la catástrofe, etc.etc.) es una historia más bien de progreso (con alguna interrupción lamentable… ¿Que país no la tiene?).
En nuestros tiempos, ahora mismo, ¿quién podría ignorar personalidades, como el extraordinario Clinton, como la misma Hillary Clinton…? Sería estupendo para nuestra vieja y maltratada Tierra alguien como Al Gore.
¿Quien podrií olvidar el esfuerzo formidable que están haciendo, en estos momentos, las grandes fuerzas de progreso, en todos los Estados-Unidos…? ¡En muchos lugares, con las carencias que nunca faltan, están salvando la democracia de mañana!

Entre los personajes que he entrevistado más destacados del mundo ocidental están los escritores Louis Aragon, Miguel Angel Asturias, Langston Hughes, Claude Lévi-Strauss, Pablo Neruda, Jacques Prévert… En mi libro, en castellano, editado en la URSS, “La ciencia soviética hoy” entrevisté a varios sabios de aquellas tierras. El Sr. Putin no lo aprobaría…

¿Cuales son los objetivos de la “Fundaciò Victor Mora”…? Eso es algo que Armonía Rodriguez, mi esposa, podrá contar mejor que yo pues es quien se ocupa más de la cuestión. A “grosso modo”, puedo comentar que sus objetivos són culturales y de difusión de la Literatura y la creación artística, en general. También constará de nuestras respectivas bibliotecas que, en conjunto, pueden sumar unos 10.000 volumenes, algunos muy especializados, a más de documentos como fotografías, correspondencia, etc. etc. Agradecemos al Ayuntamiento de l’Escala su gran interés para lanzar este proyecto cultural.

Nací el 6 de Junio de 1931. (Hubo otro “6 de junio”, célebre: el del Desembarco de Normandia, durante la Segunda Guerra Mundial…). He vivído, por otra parte, entre luchas y guerras muy sangrientas… ¡Sólo diré que no me gusta ninguna guerra! Y que creo que hay que resolver todos los problemas, con una mínima violéncia, pensando que ésta SIEMPRE es posible. Saber a que generación literaria pertenezco, es un trabajo que dejo a los siempre necesarios estudiosos…

Víctor Mora.

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